Afirma el refranero español, sabio como solo pueden hacerlo el tiempo y la constante observación, que dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición. Puede que no sea así en todo, pero lo cierto es que no imagino a Azote hace unos años llamándome con tanta vehemencia para que capturase al individuo que se nos coló en casa hace unos días. Puede que sí, que para largarlo de casa, pero no con esa nota perceptible de orgulloso descubrimiento. Dejando los libros estar, pues a esa hora de la tarde, con el calor, tampoco es que apeteciese demasiado el estudio, me dirigí a la planta baja de la casa, donde nos miraba con sus ojos alucinantes este ejemplar.
Se trata de un macho de Plexippus paykulli que, afortunadamente, no se escabulló con uno de sus prodigiosos saltos. Pude capturarlo y sacarle así un par de fotos antes de ser liberado nuevamente fuera de la casa, junto a un jardín. Originaria del sudeste de Asia, esta araña saltadora (familia Salticidae) es la única de su género –de momento, y si no ando errado– en Europa. Adaptada a vivir en el interior de las viviendas, parece ser que, como tantas otras especies, se ha dispersado a lo largo y ancho del planeta gracias a la antropocoría involuntaria. Como otros saltícidos, es un arácnido pequeño, compacto, y el macho que nos ocupa muestra unos pedipalpos llamativos que son usados durante el cortejo. También puede apreciarse el tamaño ligeramente mayor de las patas delanteras, que usa para atrapar a sus presas tras su salto mortal, ya que estas arañas no usan más tela que la necesaria para construir un pequeño refugio a modo de capullo cuando están en el exterior o descansan por las noches, protegiéndose así de sus depredadores.
En cuanto a su vista, resulta verdaderamente excepcional. La distribución de sus ojos puede apreciarse a continuación, y le permite no solamente ver lo que tiene frente a sí con cuatro de sus ojos, sino también dominar los laterales y completar los 360º de visión con otros tantos que completan los ocho ojos simples (ocelos) pero extremadamente desarrollados.
Un llamativo encuentro, por tanto, que me recordó lo interesante de la fauna hogareña y corroboró lo apropiado de no usar insecticidas en el hogar. Máxime cuando contamos con algunos naturales tan efectivos y hermosos, por más que esta no fuese su ubicación geográfica originaria.
Feliz fin de semana y, para quien dé inicio a sus vacaciones, todo el cuidado del mundo: lo más importante es regresar.
Si parece el frontal de un vehículo de rallies.
Me gusta ver la actividad inquieta de estas atletas del salto de altura, siempre les dedico toda la atención necesaria; son creo, demasiado simpáticas de observar, incluidos sus tremendos saltos.
Es cierto Trota, son un elemento ideal para atajar el exceso de insectos molestos; incluidas las que utilizan red.
Saludos.
¡Jajajaja! ¡Muy buena esa, Javier! ¿Te puedes creer que la misma noche del día en que publiqué la entrada vi uno de estos aparatosos todoterrenos que inundan a día de hoy nuestras calles, más centrados en «fardar» que en permitirnos llegar sin demasiados problemas al final de cualquier camino rural o forestal, y me acordé de la araña? Era alto, grande, con un frontal todo lleno de faros y, por su conductor, con pinta de agresivo. ¡Ay, qué horror para mi pobre furgoneta, que se sintió mosca por un momento a su lado! 😀
De cualquier modo, estas pequeñas amigas nuestras son ideales en la casa o alrededor de la misma para controlar a otros artrópodos más molestos. ¡Cuidémoslas!
Un abrazo.
Madre mía menudo bicho
Sonja, jejejeje, menudo sí que era. La foto engaña, pero apenas medía medio centímetro de largo. 😉
Interesante. No deja uno de aprender. 🙂
José Luis, así es. ¡Y que me lo diga un entomólogo! Jejejeje. Eso sí, me consta que tu especialidad son los lepidópteros, y anda que no he aprendido de ti a través de Facebook y de tu blog, donde vas colgando materiales sencillamente imprescindibles.
Que nunca nos falte la curiosidad y las ganas de aprender, ¿verdad?
En mi trabajo hay mucho mosquito y por lo tanto muchas aranas (no me deja poner el «sombrerito» a la ene) y por la noche murciélagos. Todo un ecosistema porque además estamos nosotros que nos cargamos las telarañas, a veces sin querer otras obligados por los que mandan. Total que hay algunas que asustan aun siendo muy bonitas, de ese tipo pero mas grandes. Yo no tengo ni idea de arácnidos así que no se decir que especies he visto.
Adanes, ¿dónde trabajas? Bueno, imagino que no puede (debe) decirse, pero independientemente de eso, debe resultar divertido.
En mi trabajo una vez localicé una araña que se dejó caer sobre la mesa desde el techo y el hilo aún sigue colgando a media altura. Ella anduvo por la sala hasta que un día escuché a unos compañeros zapatear. Mal mosquito les pique… 🙂
Terminados los exámenes. Estamos de vuelta. ¿Qué tal todo por ahí?.
Saludos.
¡Ay! pero qué assscazo más grande. Estoy viviendo literalmente en un monte donde ni llega el asfalto, y me estoy topando con cada bicho raro, y llevo bregando con cada picadura extraña (cada una distinta) que estoy en un sin vivir…empecé quemando mejorana, echándolos con escoba, ¡pero me están tomando por el pito del sereno! Algunos son preciosos, pero detrás de una cara bonita puede esconderse un asesino en serie.
Por cierto, también veo por aquí en todos los paneles “gineta” y según mi diccionario es con “j”, Azote, ¿dónde estás cuando enciendo mi láser con la silueta de un látigo para invocarte?
¡Jejeje, Train! Disculpa en primer lugar la tardanza en responder. He estado totalmente perdido con los exámenes y a lo sumo he publicado después alguna pequeñísima entrada sin llegar a responder a vuestros comentarios. Imperdonable por mi parte, sin duda.
Ahora estoy recuperando la actividad y ando leyendo vuestros blogs. En el tuyo veo unas cuantas entradas de las últimas fechas, así que a ver si me pongo al día y veo dónde has estado viviendo. A mí seguro que también me picarían todos los bichos (siempre lo hacen), pero me encantan, jejeje.
En cuanto a lo de «gineta» y «jineta», la RAE admite ambas grafías, aunque creo que la prefiere con «j» ya que la primera dirige a la segunda de las entradas, donde sí viene su definición. Que Azote nos ilumine. 🙂
Un beso.
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