Ayer aproveché que era festivo para hacer una escapada matinal al Parque Periurbano de la Dehesa de Santa Fe, la querida “Dehesilla” que tanto hemos luchado por preservar del pernicioso avance del urbanismo desaforado en Santa Fe, Granada. Es nuestra querida Dehesilla un bosque-isla, formado fundamentalmente por pino carrasco (Pinus halepensis) fruto de las reforestaciones de la época franquista, en sustitución de su vegetación primigenia (encinar y monte adehesado) que comienza a recuperar terreno tímidamente, ubicado en unos terrenos que fueron cedidos al municipio de Santa Fe por los Reyes Católicos en 1492. Recordádmelo si pasa el tiempo y no lo hago así, pero un día debo de hablaros sobre la historia de tan singular espacio natural.
Lo cierto es que ayer no fue un día demasiado provechoso en lo que al avistamiento de rapaces se refiere. En la Dehesilla no es difícil encontrarnos con el busardo ratonero (Buteo buteo), con el cernícalo vulgar (Falco tinnunculus) e incluso con juveniles en dispersión de especies más raras, a la par que emblemáticas, de nuestra fauna, como es el caso de las águilas real (Aquila chrysaetos) e imperial (Aquila adalberti). Ayer me acompañó en mi deambular una avifauna no por común, menos entrañable: alguna que otra abubilla (Upupa epops), cogujada (Galerida cristata) y tarabilla común (Saxicola torquata), o grupos de verderones (Carduelis chloris) y jilgueros (Carduelis carduelis) revoloteando en busca de alimento, sin contar con las innumerables urracas (Pica pica), que están en clara expansión en toda la península desde hace algunos años. Así las cosas aproveché para mirar al suelo, hacia esa fauna diminuta de costumbres realmente apasionantes que es la de los invertebrados. Y hubo suerte, topándome con, entre otros, un bellísimo ejemplar de mantis palo (Empusa pennata) -que acabo de tomar como cabecera y emblema del blog- y otro pertinaz depredador, el moscardón cazador (Dasypogon sp.) del que existen citas de individuos cazando abejas (Apis mellifera) en Granada, y que aquí acababa de atrapar una mosca común (Musca sp.). También me encontré con una preciosa pero inquieta hembra de Mutila (Dasylabris sp.) a la que intenté fotografiar, y que me dejó como regalo un par de pequeños pero dolorosos picotazos en la mano. Como las fotografías que realicé resultaron un poco borrosas, os dejo el enlace a una muy buena fotografía de esta avispa con aspecto de hormiga.
No todo fue bueno, en cualquier caso. Llevaba un tiempo sin visitar nuestra Dehesilla durante el día (durante el verano no hay nada mejor que un recorrido nocturno por la misma), y me encontré con numerosas agresiones por parte del hombre. Los propietarios de los terrenos colindantes han arado el olivar pasando en algunas zonas por encima del cortafuegos perimetral de la Dehesa (en ocasiones ha habido que controlar este tipo de actuaciones, ya que iban encaminadas a “robar” terreno público, llegando incluso a desaparecer los mojones que delimitan la extensión del parque). En otros lugares, restos del sistema de riego por goteo, plásticos protectores de plantones de olivos, e incluso fardos de la recogida del año anterior aparecen en el fondo de barrancos, o directamente en el pinar. Resulta lamentable que se den aún a día de hoy situaciones como estas, que permanecen impunes en tanto un espacio que es patrimonio de todo un pueblo resulta degradado por abusos como los presentados. Es imprescindible que toda la población muestre su repulsa ante acciones tan lamentables como las que menciono.
En resumen, una mañana de disfrute naturalista que estoy deseando volver a repetir, en compañía de amigos y esperando contar con la vuestra, la de aquellos que leéis esto, aunque sea “virtualmente”.
buen blog, un saludo
http://crisisplanetaria.blogspot.com
Muchas gracias, Nostradamus.
El plugin para evitar el spam había descartado automáticamente tu enlace al incluir el enlace, así que he debido recuperarlo, por eso no apareció con anterioridad.
Un saludo.